Ajúa, compadre! Te estás aventando a un viaje bien fregón en el que serás el amo y señor de las sombras, como si fueras el Darth Vader de un mundo lleno de personajes tan retorcidos como la trama de un anime de esos que te dejan con la cabeza hecha un nudo.
Imagina que eres el mandamás de un reino donde cada esquina es más peligrosa que el juego de la silla con cuchillos. Tus asesores son como esa tía chismosa que te quiere ver caer, pero no te preocupes, aquí puedes usar el típico "divide y vencerás", hacer que se peleen entre ellos mientras tú te echas una caguama observando cómo se arma la marimorena.