Oniken, el jueguito que te hará sufrir.

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Trama: La clásica historia de apachurrar al opresor, pero con un ninja badass

Resulta que el mundo está hecho un despapaye después de una guerra que dejó a la humanidad peor que si la hubieran dejado sin tamales en Navidad. Y claro, aprovechando el caos, llega Oniken, una organización militar malvada que oprimirá a los pocos que quedan. Todo parece perdido, pero como en toda buena historia ochentera, aparece Zaku, un ninja mercenario que se une a la resistencia por motivos misteriosos, como cuando te dicen que van a traer pizza gratis al trabajo y llegas sin preguntar por qué.

Zaku es como el Rambo japonés, pero con más katana y menos balas. Y ojo, porque aunque se ve cool, aquí no te van a dar un paseo tranquilo. Vas a morir. ¡Mucho! Este juego te castiga como si fuera el profe de matemáticas que te ponía exámenes sorpresa.

Gráficos y sonido: Pura nostalgia de los ochentas

Si eres de los que creen que los gráficos ultra HD y las texturas detalladas son lo mejor, Oniken te va a poner en tu lugar. Aquí todo es 8 bits: pixelado, cuadrado y con más nostalgia que ver tus caricaturas favoritas en la tele de tu abuela. Desde la música hasta los efectos de sonido, todo te hará sentir como si estuvieras metido en una consola de los ochentas, cuando los controles tenían tres botones y las manos sudaban de tanto intentar pasar un nivel.

Y hablando de la dificultad, este juego está tan difícil que ni el “Konami Code” te salva. Aquí te va a tocar morir, morir y, por si te hacía falta, ¡morir otra vez! Y eso es solo en modo normal. Si eres de los que creen que un taco sin salsa no tiene chiste, entonces prueba el HARDCORE MODE. Básicamente, es como intentar pasar el nivel con una mano mientras con la otra le echas limón a tus tacos sin derramar nada.

Gameplay: Plataformeo y jefes para dar y regalar

El juego tiene seis misiones principales, cada una con tres niveles llenos de enemigos que te quieren dar piso. Y si no te parecen suficientes los jefes, Oniken trae más de 18 batallas con bosses, cada uno más duro que el anterior. Olvídate de ir directo a los golpes como si nada, aquí vas a tener que aprender patrones, fallar mil veces y rezar un poco. Ah, y si te los acabas a todos, desbloqueas un modo Boss Rush para enfrentarte a todos los jefes seguidos. ¡Pura diversión masoquista!

Además, cuando ya crees que terminaste, te sale una misión extra, como esos niveles secretos en los juegos viejitos que eran más complicados que pasar una aduana con champú en la maleta.

Cinemáticas: Como ver un VHS que rebobinaste con un lápiz

Algo que también se siente super ochentero son las cinemáticas. Aquí no te esperes animaciones de lujo ni CGI de película, pero sí te vas a topar con cutscenes que parecen sacadas de un VHS que ya viste veinte veces. Eso sí, el estilo está en sintonía con el juego, y te mantendrán metido en la historia de Zaku y la resistencia. O al menos te darán un respiro entre morir y morir.

Conclusión: Te va a doler, pero lo vas a disfrutar

En resumen, Oniken es el tipo de juego que te va a hacer gritarle a la pantalla como cuando se te va el camión y lo ves pasar desde la esquina. Es difícil, frustrante, y tan retro que te vas a sentir como si hubieras viajado al pasado. Pero cuando por fin derrotes a ese jefe o pases ese nivel que te tenía atorado, te sentirás más realizado que cuando por fin encuentras el taquito que querías en la kermés.

Así que, si eres de los que les gusta sufrir y disfrutarlo (como comer tacos bien picosos), dale una oportunidad a Oniken. Solo no olvides echarle ganitas, porque morirás... mucho.





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